Kansas: The Killers

Llevaba más de un año obsesionado con descripciones y fotografías de escenas del crimen y había realizado ya doce obras de pequeño formato basadas en asesinatos en serie, cuando me encontré con un viejo artículo de la revista Time titulado KANSAS: The Killers.

Fue este mismo artículo el que llamó por primera vez la atención de Truman Capote y le llevó a escribir A sangre fría. Tras una cita de Look Homeward, Angel de Thomas Wolfe y una breve introducción de las víctimas y los asesinos, el texto relata los crímenes en sus líneas más básicas:

«…En noviembre, confesaron, condujeron hasta la granja de los Clutter en plena noche, entraron en la casa por una puerta sin cerrar y obligaron a los Clutter a meterse en el baño bajo la amenaza de la escopeta. Hickock los vigilaba mientras Smith buscaba en vano la caja fuerte imaginaria.
Al perder la esperanza de un buen botín, los maleantes ataron y amordazaron a los Clutter y luego, uno a uno, los asesinaron a sangre fría disparándoles en la cabeza con la escopeta a pocos centímetros de distancia. Después, tras recoger cuidadosamente las vainas, los asesinos huyeron con su mísero botín: una radio portátil, unos prismáticos y unos 40 dólares en efectivo. ¿Por qué mataron a los Clutter? Explicó Hickock: “No queríamos testigos.”»

Los hechos están ahí, pero nada más. Esa crudeza y brevedad me recordaron inmediatamente a viejas canciones de blues, como In the Pines de Lead Belly, en las que un fragmento de violencia irrumpe sin previo aviso, cosido a la letra con la misma fuerza rudimentaria:

My husband was a railroad man
Killed a mile and a half from here
His head was found in a driver’s wheel
And his body hasn’t ever been found
(Mi marido era ferroviario / Lo mataron a una milla y media de aquí / Su cabeza apareció en una rueda de conductor / Y su cuerpo nunca se ha encontrado)

Existen también fotografías de la escena del crimen de los Clutter, igual de fragmentarias. En el momento de pintar yo solo disponía de unas pocas, todas en mala resolución. La que más me atrapó fue la del cuarto de la caldera en el sótano. Según el libro de Capote, fue allí donde ataron a Herb Clutter y a su hijo Kenyon a una tubería y donde a Herb le cortaron la garganta antes de dispararle en la cabeza.

Sin embargo, la imagen en sí no muestra ninguna violencia. Es plana y frontal, casi geométrica: una pared, vigas, tubos, una caldera, una mesa y un reflejo en el suelo. Su formalismo accidental me recordaba a un cuadro de Mondrian, pero desprovisto de color. En mi copia borrosa era difícil distinguir nada. Confundí vigas con tuberías y al fondo una forma vaga parecía una tabla o un cuadro. Ahora sé que eran haces de hierbas secas, atados y fijados sobre un fondo blanco.

Las fotografías de escenas del crimen suelen despertar mi imaginación. Son escenarios involuntarios de horror o tragedia, y sin embargo conservan la banalidad de un lugar elegido casi por azar. Quizá sea precisamente esa banalidad lo que nos inquieta. Las imágenes dicen que algo ha ocurrido, pero no qué fue ni cómo sucedió realmente.

Fueron justamente estas lagunas las que atrajeron a Truman Capote a la historia. Viajó a Holcomb después de leer el artículo, acompañado de su amiga Harper Lee. Asistió a los juicios, entrevistó a los asesinos una y otra vez y dedicó años a investigar el caso. Incluso esperó a que se llevaran a cabo las ejecuciones antes de publicar su libro, convencido de que la historia necesitaba un acto final. Capote insistía en la base absolutamente factual de su obra. Lo llamó una “novela de no ficción” y lo describió como un experimento periodístico, empeñado en llenar cada vacío con verdad verificable.

Aunque admiro profundamente A sangre fría por sus estudios de personajes, su trasfondo social, su penetración psicológica y su densidad narrativa, creo que a veces es precisamente la apertura fragmentaria de una nota o de una fotografía lo que más enciende la imaginación. El resto lo pone el teatro de la mente.

Portada de la revista Time, 18 de enero de 1960, ilustración de Boris Artzybasheff. Este número incluía el artículo “KANSAS: The Killers”.
Portada de la revista Time, 18 de enero de 1960, ilustración de Boris Artzybasheff. Este número incluía el artículo “KANSAS: The Killers”.
The Kansas City Times, noviembre de 1959, con fotografías de las cuatro víctimas de la familia Clutter.
The Kansas City Times, noviembre de 1959, con fotografías de las cuatro víctimas de la familia Clutter.
The open door to the Clutter home, where the killers entered in the early morning of November 15, 1959.
La puerta abierta de la casa de los Clutter, por donde entraron los asesinos en la madrugada del 15 de noviembre de 1959.
rry Smith and Richard Hickock, arrested in 1960 for the murder of the Clutter family.
Perry Smith y Richard Hickock, arrestados en 1960 por el asesinato de la familia Clutter.
A crime scene photograph of the bedroom where Bonnie Clutter was killed.
Fotografía de la escena del crimen del dormitorio donde fue asesinada Bonnie Clutter.
A detail from the bedroom where Nancy Clutter’s body was found.
Un detalle del dormitorio donde fue hallado el cuerpo de Nancy Clutter.
he playroom where Kenyon Clutter’s body was found on a sofa.
La sala de juegos donde fue hallado el cuerpo de Kenyon Clutter sobre un sofá.
The furnace room where Herb Clutter’s throat was cut before he was shot in the head.
La sala de la caldera donde degollaron a Herb Clutter antes de dispararle en la cabeza.
Another view of the furnace room, which became the basis for my erroneous reconstruction and painting.
Otra vista de la sala de la caldera, que sirvió de base para mi reconstrucción y pintura erróneas.
Truman Capote arrived in Holcomb the day after the Clutters’ funeral.
Truman Capote llegó a Holcomb al día siguiente del funeral de los Clutter.
Harper Lee acompañó a Truman Capote en su viaje a Holcomb.
Harper Lee acompañó a Truman Capote en su viaje a Holcomb.
Truman Capote inside the Clutter home during his research in Holcomb.
Truman Capote dentro de la casa de los Clutter durante su investigación en Holcomb.
Richard Avedon portrayed the killers Perry Smith and Richard Hickock.
Richard Avedon retrató a los asesinos Perry Smith y Richard Hickock.
Richard Avedon fotografió a Truman Capote junto a Perry Smith, cuya compleja relación con el escritor se convirtió en un eje central de A sangre fría.
Richard Avedon fotografió a Truman Capote junto a Perry Smith, cuya compleja relación con el escritor se convirtió en un eje central de A sangre fría.
The gallows where Smith and Hickock were hanged. Capote witnessed the execution, which he considered the necessary final act of his novel.
La horca donde Smith y Hickock fueron ahorcados. Capote presenció la ejecución, que consideraba el acto final necesario para su novela.
Capote en su primera firma de ejemplares de A sangre fría.
Capote en su primera firma de ejemplares de A sangre fría.
Lead Belly’s In the Pines has haunted my mind for as long as I can remember.
El In the Pines de Lead Belly me persigue en la memoria desde hace mucho tiempo.
My painting based on the Clutter murders, part of “Sucesos,” my first exhibition at Centro de Arte Joven in Madrid, curated by Sergio Rubira with Julia Spínola. It marked a turning point, and it was there I met my wife Esther, the mother of our daughter.
Mi pintura basada en los asesinatos de los Clutter, parte de “Sucesos”, mi primera exposición en el Centro de Arte Joven de Madrid, comisariada por Sergio Rubira junto a la artista Julia Spínola. Marcó un punto de inflexión, y fue allí donde conocí a mi esposa Esther, madre de nuestra hija.
La pintura expuesta más tarde en el MUSAC, León, en “Exvoto, Where Is Nikki Black”, comisariada por Tania Pardo (2006).
La pintura expuesta más tarde en el MUSAC, León, en “Exvoto, Where Is Nikki Black”, comisariada por Tania Pardo (2006).
Dyptych, Sucesos, Centro de Arte Joven, Philipp Fröhlich, Julia Spinola, Sergio Rubira
La contraportada del díptico de la exposición en el Centro de Arte Joven muestra a Julia y a mi yo más joven.
Painting (017L), 2004, by Philipp Fröhlich, based on the Clutter murders.
(017L), 2004, témpera sobre lienzo, 195 x 146 cm

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