Más negro

Durante mi adolescencia rebelde, pasé por una larga etapa en la que vestía exclusivamente de negro, con el pelo teñido a juego. Afortunadamente, se desvaneció con la pubertad y dio paso a una relación más matizada con el color. Sin embargo, algo sí quedó: una cierta desconfianza hacia quienes insisten en vestirse solo de negro.

Ningún color tiene la misma carga en la forma de presentarse. El negro ha oscilado desde hace mucho entre extremos: autoridad y disidencia, humildad y elegancia, luto y distancia emocional. Los monjes lo llevaban para renunciar al mundo. La corte española lo convirtió en una declaración de poder, tiñendo sedas y terciopelos estructurados en un negro profundo y saturado, posible gracias a los avances tecnológicos y al acceso a las Américas. Los holandeses, bajo la contención calvinista, vestían de negro de forma más modesta, pero con no menos deliberación. En todos los casos, el negro era a la vez mensaje y materia.

En el siglo XX, su presencia rotunda fue apropiada por grupos de todo tipo. Las SS lo usaban para sugerir estatus de élite y provocar miedo. Los anarquistas lo emplearon para rechazar banderas y naciones. El Black Bloc lo transformó en anonimato táctico. Los Panteras Negras lo convirtieron en símbolo de orgullo, militancia y resistencia visible. Muchos artistas e intelectuales siguen vistiéndolo hoy, quizá convencidos de que la gravedad del pensamiento se expresa mejor en la ausencia de color.

En la pintura, el negro fue uno de los pigmentos más antiguos y accesibles, habitualmente en forma de carbón o hollín. Sorprendentemente, estos materiales siguen usándose hoy como negro de humo o negro de hueso.

Desde las cuevas prehistóricas hasta los manuscritos medievales, el pigmento negro se usaba sobre todo para contornear figuras, definir bordes y marcar contrastes. Durante el Renacimiento, el negro puro rara vez se utilizaba solo. Los pintores preferían superponer mezclas como laca de grana con índigo, o sombra natural con azurita, buscando una oscuridad más cálida y viva que la del negro, que se consideraba plano y sin vida.

El Barroco cambió esto. Pigmentos mejorados como el negro marfil, junto con composiciones teatrales que usaban la oscuridad para modelar el espacio y aumentar la tensión dramática, hicieron del negro una fuerza central cargada de gravedad, peso moral y tensión.

En el siglo XIX, el negro adoptó roles divergentes. En las obras tardías de Goya, especialmente en las Pinturas Negras, se vuelve denso y envolvente, se cuela por las paredes y penetra todos los colores. El negro de Manet es directo, frontal, sin disculpas. No lo suaviza ni lo esconde en la sombra. Sus negros definen la estructura de la imagen, muchas veces convirtiéndose en su eje visual.

El siglo XX, con su fuerte creencia en el progreso y las rupturas, vio aparecer el Cuadro negro de Malevich, lo que él llamó el “cero de la forma”, un final del ilusionismo, la narrativa y la referencia externa. Reinhardt pintó cuadrículas casi negras y las llamó los últimos cuadros que alguien podría hacer.

Max Beckmann, más interesado en la condición humana que en la pureza o la reducción, dijo en 1919: “Mi humildad ante Dios ha terminado… Mi religión es el desafío a Dios… En mis cuadros le reprocho todo lo que ha hecho mal.” Para él, un cuadro que no asumiera el sufrimiento era impensable. También lo era uno sin negro. Ya en su exilio americano, hablando apenas inglés, se le recuerda caminando por el estudio antes de instar a sus alumnos, con insistencia, a usar “More blek”.

By the 11th century, black had become the defining colour of the Benedictine habit
A partir del siglo XI, el negro se convirtió en el color distintivo del hábito benedictino.
By the mid-16th century, black had become the dominant colour at the Spanish court. In Titian’s portrait of Philip II, it appears as restrained splendour.
A mediados del siglo XVI, el negro se había convertido en el color dominante en la corte española. En el retrato de Felipe II de Tiziano, aparece como un esplendor contenido.
En la República Holandesa, el negro representaba la modestia y el autocontrol. Ter Borch le otorgó una riqueza sencilla.
En la República Holandesa, el negro representaba la modestia y el autocontrol. Ter Borch le otorgó una riqueza sencilla.
Designed by Karl Diebitsch and Walter Heck, and produced in large numbers by Hugo Boss, the black SS uniforms were an intricate part of the Nazis’ theater of fear.
Diseñados por Karl Diebitsch y Walter Heck, y producidos en grandes cantidades por Hugo Boss, los uniformes negros de las SS formaban parte integral del teatro del terror nazi.
En la cumbre del G20 en Hamburgo, en 2017, el Bloque Negro se vistió de negro uniforme para preservar el anonimato.
En la cumbre del G20 en Hamburgo, en 2017, el Bloque Negro se vistió de negro uniforme para preservar el anonimato.
Los Panteras Negras en uniforme. Cazadoras de cuero, boinas y jerséis de cuello alto convirtieron el negro en un símbolo de orgullo, militancia y resistencia.
Los Panteras Negras en uniforme. Cazadoras de cuero, boinas y jerséis de cuello alto convirtieron el negro en un símbolo de orgullo, militancia y resistencia.
El carbón en la Cueva de Altamira se utilizó para delinear formas, añadir sombreado y definir detalles.
El carbón en la Cueva de Altamira se utilizó para delinear formas, añadir sombreado y definir detalles.
Hans Holbein the Younger, Sir Thomas More. Deep, layered blacks in velvet and fur.
Hans Holbein el Joven, Sir Thomas More. Negros profundos y estratificados en terciopelo y piel.
Caravaggio, David with the Head of Goliath. David seems to emerge from the black background, the darkness intensifying the painting’s drama and moral tension.
Caravaggio, David con la cabeza de Goliat. David parece emerger del fondo negro, cuya oscuridad intensifica el drama y la tensión moral de la pintura.
Francisco de Goya, Atropos (The Fates). Black penetrates every part of the painting, deepening the sense of dread and finality.
Francisco de Goya, Átropos (Las Parcas). El negro penetra en cada parte de la pintura, intensificando la sensación de temor y de fatalidad.
Édouard Manet, Berthe Morisot with a Bouquet of Violets.
Édouard Manet, Berthe Morisot con un ramo de violetas.
Kazimir Malevich, Black Square, 1915. The heavily cracked surface reveals traces of an earlier painting beneath. In 2015, conservators discovered a faint pencil inscription reading “Negroes fighting in a cave,” likely added by Malevich.
Kazimir Malévich, Cuadrado negro, 1915. Bajo su superficie agrietada, los conservadores encontraron en 2015 una tenue inscripción a lápiz que decía “Negros luchando en una cueva”. Se cree que la frase es del propio Malévich, y ha generado un debate continuo sobre su intención y significado.
Ad Reinhardt with his “black” paintings, 1966.
Ad Reinhardt con sus pinturas “negras”, 1966.
Max Beckmann, Die Nacht (The Night), 1918–19.
Max Beckmann, La noche (Die Nacht), 1918–19.
Max Beckmann teaching in New York, late 1940s.
Max Beckmann dando clases en Nueva York, a finales de los años 40.
A mockup for the ravens in my painting The Seven Ravens.
Una maqueta para los cuervos de mi pintura Los siete cuervos.
Philipp Fröhlich checking the surface of his painting The Seven Ravens
Revisando la superficie de la pintura.
Märchen Kunsthalle Barmen, Philipp Fröhlich
Expuesta en 2021 en la Kunsthalle Barmen.
Philipp Fröhlich's painting based on The Seven Ravens.
Die sieben Raben [Los siete cuervos] (280L), 2020, óleo sobre lienzo, 145 x 195 cm

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